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martes, 1 de junio de 2010

DISCIPLINA EFICAZ

La disciplina son las acciones que emprende un gerente para hacer cumplir las expectativas, criterios y reglas de la organización. Si el desempeño de un empleado no está a la altura o si ignora constantemente los criterios y las normas de la organización, es posible que el gerente tenga que imponer la disciplina para controlar ese comportamiento. Los problemas de disciplinas más comunes que enfrentan los gerentes son: asistencia, incumplimiento de las metas, desobediencia, descuidos al usar los mecanismos de seguridad, alcohol, drogas, robos, entre otros.

Según Stephen Robbins, la esencia de la disciplina eficaz, puede resumirse en ocho comportamientos:

  1. Responda inmediatamente. Cuanto antes mejor siga una medida disciplinaria a una infracción, lo más probable es que el empleado asocie el castigo con la infracción y no con usted.
  2. Haga una advertencia. Tiene la obligación de advertir al empleado antes de emprender una medida disciplinaria. Esto quiere decir que el empleado debe ser consciente de las reglas de la organización y aceptar sus normas de comportamiento. Es más probable que los empleados consideren justa la medida disciplinaria si recibieron una advertencia clara.
  3. Enuncie concretamente el problema. Indique la fecha, hora, lugar y personas, así como circunstancias atenuantes de la infracción. Defina la infracción con los términos exactos en lugar de recitar normas de la compañía o incisos de contrato laboral. No se quiere comunicar preocupación por la infracción, sino por el efecto de esa infracción en el desempeño de la unidad de trabajo. Explique por qué el comportamiento no puede continuar, demostrando cómo afecta específicamente el desempeño laboral del empleado, la eficacia de la unidad y a los compañeros del empleado.
  4. Permita a cada empleado explicar su posición. Un proceso justo exige que dé al empleado la oportunidad de explicar su posición. Desde el punto de vista del empleado, ¿Qué pasó? ¿Por qué ocurrió?
  5. Sostenga una discusión impersonal. La disciplina debe vincularse a la infracción, no a la personalidad del infractor. No se dirige al empleado, si no a lo que haya hecho.
  6. Sea constante. El trato justo de los empleados exige que la disciplina sea congruente. Si hace valer de manera incoherente las reglas sobre infracciones, pierden su efecto, la moral se reduce y los empleados pondrán en tela de juicio la habilidad de usted. Es responsabilidad de usted justificar claramente aquellas medidas disciplinarias que a los empleados puedan parecerles incongruentes.
  7. Emprenda acciones progresivas. Escoja una sanción apropiada a la infracción. Las sanciones deben ser progresivamente más graves si la infracción se repite. La disciplina progresiva comienza con una advertencia de palabras, una suspensión, degradación o día sin goce de sueldo y por último el más serio de los casos el despido.
  8. Obtenga un compromiso de cambiar. La disciplina debe incluir guía y dirección. Para corregir el problema deje que el empleado declare qué piensa hacer para garantizar que no vuelva a ocurrir la infracción.

Ref: Robbins, Stephen P. Organizational Behavior, 11th Edition: Prentice Hall, 2004.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, me sirvio mucho tu información, estudio la Lic. En gerencia de servicio de Salud en la UnADM

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